Los Molinos de Montmartre


En la colina de Montmartre existieron trece molinos documentados, pero algunos historiadores elevan esa cifra hasta treinta. Todos ellos aprovechaban el viento de la elevación para moler el trigo que se cosechaba en la zona.

De aquellos, hoy solo quedan dos muy próximos: el Moulin Blute-Fin (luego llamado Moulin de la Galette), y el Moulin Radet que está a pocos metros en una esquina de la misma Rue Lepic, junto al Restaurant Moulin de la Galette. Aquí escribiré sobre ambos, que algunos confunden.

El verdadero Moulin de la Galette

Una introducción a la antigua vida de Montmartre

Desde los últimos años del ya decadente Imperio Romano de Occidente, cuando éste ya había adoptado la religión cristiana y París aún se llamaba Lutecia; y luego durante muchos siglos de reinos franceses en la Edad Media, la gente subía a Montmartre para peregrinar siguiendo los pasos de Saint Denis , el venerado primer obispo de París que había traído la fe católica a la región de la Galia.

Luego de la Revolución Francesa, desde fines del siglo XVIII, la Iglesia fue privada del poder casi ilimitado que siempre tuvo para influir no solo en las decisiones de Estado, sino también en las costumbres, deberes y derechos de los ciudadanos. Aquellos que eran creyentes fueron abandonando poco a poco las prácticas rituales que les demandasen demasiado esfuerzo y tiempo, manteniendo sí la asistencia a Misa y otras celebraciones religiosas, con mayor o menor frecuencia.

En lugar de aquellas (muchas veces obligadas) procesiones religiosas, desde entonces se subió a la cima de Montmartre con intenciones muy diferentes: pasar una jornada dominical de relax y descanso, luego de las obligaciones del trabajo semanal; disfrutando del aire puro y vistas maravillosas de París.

Esta costumbre de subir a disfrutar de Montmartre continuó y creció. Definitivamente había dejado de ser el temible y oscuro "Monte del Martirio", para transformarse en la querida "Butte" de la diversión y la vida bohemia; prosperando los bares musicales y de baile (guingettes), y algunos desprejuiciados cabarets...

El espíritu de este barrio de Montmartre se puede resumir en el lema que encabeza la fachada del Restaurant "La Bonne Franquette" : "Aimer, Manger, Boire et Chanter" (Amar, Comer, Beber y Cantar).

Esa vida bohemia atrajo muchos Artistas, varios de los cuales fueron famosos (Renoir, Toulouse-Lautrec, Picasso, Van Gogh, Dalí, Cézanne, Monet, etc.), y otros pintores principiantes y aficionados que se agolpaban y aún lo hacen, en la Place du Tertre; los cuales a su vez atrajeron a más gente, que llena esa y otras placitas de Montmartre, y recorre sus callecitas adoquinadas alumbradas por románticos faroles.

¿Y qué tienen que ver los molinos en todo esto?. Ya verás a continuación su importante protagonismo en esta historia...


¿Cuáles son los verdaderos molinos de Montmartre?

Los verdaderos molinos de Montmartre son dos: el Moulin de la Galette (antes llamado Blute-Fin), y el Moulin Radet.

Antes de comenzar a escribir sobre ambos, quiero aclararles que el molino rojo que está en el famoso cabaret "Moulin Rouge", en el Boulevard de Clichy de Pigalle, NO ES, ni nunca fue, un molino verdadero, sino un simple adorno alegórico del nombre.

En este artículo hablaré de los dos que aún están en pie y que sí tuvieron actividades reales de molienda, y que pueden ser vistos por los turistas en Montmartre que gustan de caminar más allá de los típicos puntos atractores de gente (la basílica del Sacré-Coeur y la Place du Tertre).

¿Dónde están los molinos de Montmartre?

El Moulin de la Galette y el Moulin Radet están juntos en la misma manzana, sobre la Rue Lepic, en los números 75 (en el jardín aledaño), y en el 83 (esquina con Rue Girardon).

Mapa ubicación molinos de Montmartre

Justo en la vereda de enfrente, en el n° 88, hay una parada del bus de la Línea 40, el cortito y simpático "Montmartrobus", la opción recomendada para llegar a Montmartre para personas con movilidad reducida.


Parada del Montmartrobus en el Moulin de la Galette

El papel de los molinos en el pasado de Montmartre

Si bien las leyendas de los posaderos, que buscan atraer a clientes románticos, sitúan los molinos en la lejana Edad Media (la frase "Edad Media" siempre es un imán); en realidad sus actividades en Montmartre datan de la Edad Moderna (inicios del siglo XVII). Puntualmente los dos que subsisten fueron mencionados por primera vez en documentos del año 1622.

El campo alrededor de la creciente París tenía una fuerte actividad agrícola-ganadera para alimentar a sus habitantes. Ganadería, cereales y viñas.

Gracias a la altitud de Montmartre, se aprovechaba el mejor viento para moler grandes cantidades de cereales, e incluso otros productos según fuera necesario. La harina así producida alimentaba a los habitantes de la zona y el excedente se vendía en Paris (recordemos que Montmartre aún no era parte de París, sino un pueblo claramente diferenciado).

Hay que mencionar que en aquel momento los molinos no se limitaban a Montmartre. Había en varios lugares de París, como en la pequeña colina de Montparnasse por ejemplo, o incluso más lejos en las afueras (Sannois, Argenteuil por citar algunos); pero ninguno era tan eficiente como los de la cumbre de Montmartre, bendecida por el mayor viento.

Antiguos molinos de París


A medida que la ciudad se fue expandiendo, los molinos de París fueron desapareciendo. Este fue particularmente el caso de los de la "Butte des Moulins", un montículo creado en parte naturalmente y en parte por la acumulación de desechos, próximo a la Porte Sainte Honoré, cerca de la actual Avenue de l'Opéra. Durante la construcción de ese barrio, se trasladaron varios molinos a diferentes lugares. Así llegó el molino Radet a lo alto de Montmartre, instalándose muy cerca de su hermano mayor, el Blute-Fin.

El molino Blute-Fin

Es el primero y mayor de los molinos que quedan en pie en la colina de Montmartre, y está muy elevado.

Por eso, desde las terrazas de la ciudad que ofrecen vistas hacia el Norte, es fácilmente reconocible mirando con prismáticos hacia Montmartre.

Hay que mirar bastante hacia la izquierda del Sacré-Coeur y de la torre de agua de Montmartre, como indico en la siguiente foto:


Vista de Montmartre desde el centro de París

Este molino se encuentra en una propiedad privada y no se puede visitar. Desde la calle también es difícil fotografiarlo por culpa de los árboles que existen dentro del terreno. La mejor estación del año para hacerlo es el Invierno, cuando los árboles no tienen hojas.

En las siguientes fotos tomadas desde la calle Rue Lepic, pueden comparar cómo se ve en Verano y en Invierno.


Vista del Moulin de la Galette en Verano

En cambio en Invierno:

Vista del Moulin de la Galette en Invierno

El Moulin de la galette

Las mejores condiciones serían yendo en Invierno y tomando las fotos desde la Rue Tholoze, que es perpendicular a la Rue Lepic.


Moulin de la Galette visto desde la Rue Tholoze

Junto al portón privado, en la pared de la Rue Lepic se encuentra este cartel de la Municipalidad de París:


Cartel con la historia del Moulin de la Galette

Cartel con la historia del Moulin de la Galette

La traducción al español es:

"Más que una institución, el viejo "Blute-fin" es un monumento, con su leyenda heroica; en 1814, durante el asedio de París por los cosacos, el último de los cuatro hermanos de una dinastía de molineros atestiguada desde 1621, los Debray, acabó descuartizado y clavado a las alas de su molino tras una desesperada defensa. Durante la Restauración, su hijo transformó el edificio en un salón de baile, decorado principalmente con celosías de jardín pintadas de verde."

"El ambiente era distendido, y la clientela más concurrida que en los demás establecimientos, como lo demuestra el cuadro de Renoir, pintado en 1876, "Le bal du Moulin de la Galette". Después de diferentes avatares, el antiguo "Blute-Fin" fue salvado en 1979".

El molino Blute-Fin en cierto momento fue renombrado por la gente como "Moulin de la Galette", por la historia que cuento a continuación:


¿Por qué se llama así el Moulin de la Galette?

Cuando aún se llamaba Moulin Blute-Fin, los días Domingo los Debray que eran sus dueños, comenzaron a ofrecer a los paseantes por su calle y de parados (sin sentarse), una tortita hecha con harina de centeno molido en su molino y horneada allí mismo, acompañada con un vaso de leche de sus propias vacas.

Al ser productos frescos y estar tan bien horneada la tortita, era muy apreciada esa merienda por los vecinos y visitantes de Montmartre. Cada Domingo acudían felices a este molino en particular, el más elevado de todos, sabiendo que allí su dueño, además de moler cereales industrialmente en grandes cantidades, ofrecía al público esta rica tortita (galette, en francés)... Por eso, entre tantos molinos que había, lo comenzaron a identificar como "El Molino de la Tortita" (Le Moulin de la Galette).

La primera posada a los pies del molino

El éxito que tuvo Debray en estas ventas artesanales e improvisadas, lo animó a construir una posada más formal a los pies de su molino; donde puso muchas mesas y sillas y, además de la clásica tortita con leche, comenzó a servir queso de cabra y vinos de los viñedos aledaños.

¡Y cuando hay vino de por medio, se enciende la alegría!... y cuando hay alegría, aparecen la música y el baile... Así se fundó la "guinguette" (posada con música, baile y canto) que se llamó "Le Moulin de la Galette".


Foto antigua del Molin de la Galette

cola para bailar en el Moulin de la Galette

Los molinos con cabaret

Varios otros molineros de Montmartre, cuyos negocios de molienda no eran muy rentables, vieron aquella exitosa experiencia de Debray y la empezaron a replicar; instalando "guinguettes" a los pies de sus molinos, que fueron creciendo en espacio y actuaciones, hasta transformarse en cabarets.

Esto aumentó aún más la fama de Montmartre como lugar de esparcimiento. De día disfrutando el sol, aire puro y vistas elevadas; y de noche divirtiéndose en los cabarets y "piano-bares".

De estos últimos quedan varios, ahora remozados. Son bares con un piano accesible a cualquiera que sepa tocarlo, para que los comensales lo escuchen.

Como dije anteriormente, el del cabaret Moulin Rouge nunca fue un molino verdadero, pero la presencia allí de ese adorno es un símbolo de la histórica asociación entre molinos y cabarets que hubo una vez.


El molino Radet.

Al igual que su vecino que está a pocos metros, se utilizó para actividades de molienda; pero fue trasladado recién en el siglo XIX a su ubicación actual, en la esquina de Rue Lepic y Rue Girardon, cuando hubo que demoler la Butte des Moulins para construir la Avenue de l'Opéra en el centro de París.


demolición de la butte des moulins en París

Desde entonces, sirvió como rótulo para un cabaret que luego se convirtió en el Restaurant "Le Moulin de la Galette" que vemos hoy día.

Al estar allí, la mayoría de los turistas cree que ese molino es el verdadero "de la Galette", pero no lo es... El verdadero está a pocos metros en esa misma manzana, pero oculto entre árboles que no existían cuando funcionaba como molino.


Moulin Radet en el Restaurant Le Moulin de la Galette

Ambos molinos, el Blute-Fin (de la Galette), y el Radet, pertenecieron a la Familia Debray, antigua dueña de todo ese terreno.

Dicha familia fue la que luego creó la marca "Le Moulin de la Galette", pero ya dedicada a su guinguette y pequeño cabaret.

Hoy la marca es usada por el restaurant de la esquina (construido a pocos metros en la misma calle Lepic que la guingette original, que mostré antes en esas fotos blanco y negro de 1909 y 1938.

El actual Restaurant Le Moulin de la Galette

Este restaurant también merece ser mencionado. 

Historia del Restaurant Le Moulin de la Galette

Historia del Restaurant Le Moulin de la Galette

Era frecuentado por la famosa cantante "Dalida" (italiana naturalizada francesa y residente ilustre de Montmartre) que vivía a pocos metros de allí, en una gran casa sobre la Rue d'Orchampt.


interior del restaurant le moulin de la galette en montmartre

interior del restaurant le moulin de la galette en montmartre

Recuerdos de Dalida en el Restaurant Le Moulin de la Galette

Recuerdos de Dalida en el Restaurant Le Moulin de la Galette

Dalida siempre usaba la misma mesa redonda del restaurant, y los dueños pusieron allí una placa en su memoria.


Mesa de Dalida en el Restaurant Le Moulin de la Galette

Los molinos de Montmartre en el Arte

La bucólica imagen de los viejos molinos de Montmartre, con sus aspas como brazos queriendo abrazar al viento; unida a la opuesta y alegre imagen de los cantos, bailes y firteos en las guingettes que tenían a su lado; fue un verdadero imán para muchos artistas románticos, tanto en la literatura como en la pintura.

Más allá del género que se restringió para clasificación y nomenclatura a la primera mitad del siglo XIX, se trata de un fenómeno más fuerte y profundo, que aún influye en artistas y en todos nosotros. ¡Yo tuve la dicha de disfrutar ambos en Montmartre!, las tranquilas y relajadas caminatas del día por sus callecitas adoquinadas de antaño, y la alegría nocturna en bares que permanecen abiertos hasta la madrugada siguiente, y que muy pocos turistas se quedan a vivenciar, pues suelen regresar presurosos a sus hoteles del centro de París apenas cae el sol (¡craso error!)... 😉

Según el escritor y filósofo Jean Jacques Rousseau, este movimiento romántico y los molinos, animan al regreso a la naturaleza y la rústica simpleza de la vida en el campo, con la diversión que nos venga en gana.

La literatura recuerda a los molinos en obras de Gérard de Nerval, Regnard, Sellier, Le Tasse, etc.

La pintura también es un arte que inmortalizó los molinos de Montmartre.

 Ya lo habían hecho al principio pintores como Chintreuil, Charlet, Georges Michel, Charles Jacques, etc; pero los posteriores a ellos, ya en el siglo XIX y principios del XX, fueron otros pintores más renombrados que circunstancialmente se afincaron en este barrio bohemio que los atraía.

Fueron estos últimos pintores famosos los que dieron una difusión mundial al Barrio de Montmartre y su espíritu bohemio; como Renoir, Toulouse-Lautrec, Van Gogh, Picasso, Dalí, entre otros.


Au moulin de la Galette - Heinri de Toulouse-Lautrec

Le Moulin de la Galette - Pablo Picasso

Bal du Moulin de la Galette - Pierre Auguste Renoir

Le Moulin de la galette - Vincent Van Gogh

La fábrica de porcelana de Clignancourt, a fines del Siglo XVIII, se hizo cargo de un molino y lo adoptó como marca para sus producciones, antes de buscar el patrocinio del Conde de Provenza, y hermano de Luis XVI, cuando también se la conoció como "Porcelaine de Monsieur".


porcelana de Clignancourt

Porcelanas de Clignancourt

¡Definitivamente, los molinos atraen la atención y venden!


La Ciencia junto al Molino Blute-Fin

Durante los trabajos científicos para determinar el Meridiano de París , Jacques  Cassini instaló en Montmartre en 1736 la "marca norte", que es una pirámide apoyada sobre un paralelepípedo de tres metros de altura.

La mira está en jardines privados, junto al hoy llamado Moulin de la Galette (ex-Blute-Fin), pero amables personas que salían del portal nos dejaron pasar a fotografiarla (pero sin poder subir al molino).

Marca norte del Meridiano de París en Montmartre

Obviamente en 1736 no existían todos los árboles y obstrucciones que hay hoy, y que hubiesen impedido a los científicos la visión buscada desde la mira sur (ubicada en el parque Montsouris de París), pasando en línea recta por donde luego se construyó el Observatorio de París.

Marca norte del Meridiano de París en Montmartre

Originalmente estaba coronada por una hermosa flor de lis, luego los Revolucionarios la sustituyeron por una bola, y la posterior Restauración Borbónica colocó una neutral lanza que se observa hoy, como un testigo del ímpetu científico francés.


Escenarios de guerra junto al molino de Blute-Fin

A lo largo de la historia, ya desde las poblaciones celtas (los galos), pasando por el Imperio Romano, todos los Reinos Francos posteriores y el Imperio Napoleónico; Montmartre fue estratégica para los militares. 

La altura del cerro constituía un excelente observatorio del entorno de Lutecia y luego París.

Durante el asedio a París del 30 y 31 de Marzo de 1814 por la Sexta Coalición integrada por Rusia, Austria y Prusia, contra el Imperio de Napoleón; Montmartre fue escenario de un episodio muy sangriento.

En aquella época, para las tropas de la coalición procedentes del Nordeste, la Butte era un lugar codiciado para poder observar París y luego tomarla.

Sin embargo, los habitantes de Montmartre les opusieron resistencia. Entre los combatientes, los Debray estaban entre los más audaces, sin dudar en matar soldados rusos a pesar de las órdenes de alto el fuego.

Capturado por los ocupantes rusos, el mayor de los Debray fue atravesado con lanzas. Los soldados enemigos cortaron su cuerpo en pedazos, los colocaron a la vista en las alas del molino para que el resto de los pobladores supieran lo que les pasaría si no se rendían definitivamente.

Solo después de algunos días se pudo desatar el cuerpo para darle sepultura digna.

Posteriormente, durante la insurrección de los parisinos de 1871 conocida como "La Comuna", el pueblo de Montmartre fue ferviente partícipe de la misma en apoyo de los insurrectos, que durante dos meses lograron instalar en París un autogobierno socialista del proletariado.


La insurrección de La Comuna de París apoyada en Montmartre

La insurrección de La Comuna de París apoyada en Montmartre

La desaparición de los molinos de Montmartre

Con el aumento de la productividad agrícola en muchas regiones, ya en el siglo XVIII la necesidad de molinos en París se había reducido mucho. En consecuencia, como relaté anteriormente, los molineros aprovechaban su ubicación y sus instalaciones para vender sus platitos a transeúntes y asiduos clientes.

Como el avance edilicio de la ciudad era inexorable, el valor de la tierra se disparó.

Así, paulatinamente empujados por los promotores inmobiliarios y las operaciones urbanísticas, los propietarios molineros vendieron sus terrenos a buen precio y se fueron con sus molinos y mucho dinero a otros lugares de Francia; o bien directamente vendieron los molinos a franceses de otras regiones que aún quisieran seguir con el oficio de molineros, luego dividieron sus terrenos en Montmartre vendiendo una parte a las inmobiliarias, y se quedaron en la otra parte edificando sus nuevas casas, bares y guinguettes que aún vemos remozados hoy en Montmartre; ya sin molinos.

Solo se conservaron los dos molinos de Debray. 

Para finalizar este artículo, dejo esta frase nostálgica:

“El antiguo molino de Montmartre ya no muele harina, ni siquiera para galettes; ahora solo muele recuerdos."


Postal del último molino de Montmartre

FUENTES:

Bibliografía y/o sitios web:

-Sellier, Charles. Libro "Curiosités du vieux Montmartre" : les moulins à vent, la porcelaine de Clignancourt, le Mont-Marat. 1893.
-Web Oficial de la Oficina de Turismo de París - https://es.parisinfo.com/museo-monumento-paris/71116/Le-Moulin-de-la-Galette

Fotografías de terceros:

-Demolición de la Butte des Moulins - Charles Marville(1860)
-Facade du moulin de la Galette par l’Agence Rol en 1909 – crédit BNF Gallica
-Cola para el baile en el Moulin de la Galette en 1938-1939 - crédit LAPI / Roger-Viollet
-El último molino de Montmartre - Carte Postale Antique - https://www.cpa-bastille91.com/paris-montmartre-le-moulin-de-la-galette-en-1900/

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