En esta nota mostraré sobre las calles de la actual París, el probable camino que siguió Saint-Denis como calvario previo rumbo a su decapitación en Montmartre a manos del Imperio Romano, ocurrida hacia el año 272 d.C, cuando París se llamaba Lutecia.
Sobre la fantasía de su supuesta caminata posterior a la decapitación con su cabeza en las manos, aunque no merezca el menor análisis semejante fábula, igual marco las incongruencias geográficas e históricas que narra esa falsa leyenda.
La Historia real de Saint-Denis
Abordaré aspectos geográficos e históricos comprobables, y daré mi interpretación personal del motivo por el cual el joven Cristianismo, a través del poder creciente de la Iglesia, luego alentó que se agregase la fantasía a los hechos reales, para completar relatos populares impactantes que trascendieron los Siglos hasta el presente.
Tanto éxito tuvo aquel relato, mitad cierto y mitad falso, que a Saint-Denis (San Dionisio) hoy se lo conoce mucho más como "El Santo sin cabeza", y mucho menos como "el primer Obispo de París" o "El Apóstol de las Galias"; que es lo que correspondería para ajustarse a la Historia real.
Por la fuerza del mito, siempre es representado de pie y con su cabeza en las manos, en esculturas y pinturas de los principales templos franceses y algunos de otros países.
Historia de Saint-Denis en Lutecia bajo el Imperio Romano
"Lutetia Parisiorum" (abreviada y castellanizada como "Lutecia") fue el nombre latino de la ciudad fundada por los romanos en la zona que antes ocupaba la tribu celta de los "Parisii".
Aproximadamente en el año 250 d.C., (pleno Imperio Romano), Dionisio (Dionysius, en latín) y otros seis compañeros llegan a la Galia romana (hoy Francia), procedentes de la región de la península itálica; para evangelizar a la población pagana que allí habitaba. Dionisio (Denis), Eleuterio (Eleuthère) y Rústico (Rustique) se asientan en Lutecia, mientras que los otros cuatro misionan en otras ciudades.
Si bien en muchos medios importantes y reconocidos, incluida Wikipedia, se afirma que "Saint-Denis fundó muchas iglesias" y no aclaran más nada; no debe pensarse en "edificios" de iglesias; sino en pequeños lugares discretos (normalmente casas particulares de devotos conversos al cristianismo, que recibían secretamente a otros fieles); donde el Apóstol fue nombrando responsables del culto (los primeros sacerdotes).
Es solo de este modo "discreto" que a Denis se lo puede considerar "el primer obispo de París", al crear una semilla de estructura orgánica cristiana por primera vez en Lutecia (hoy París), con potestad para ordenar a los primeros sacerdotes.
Aunque en aquella época el Cristianismo seguía siendo una religión prohibida por el Imperio, ya no existían tantas persecuciones sistemáticas (aunque sí algunas); y en ciertos lugares comenzaba a ser "tolerada" por algunos Gobernadores o Regentes locales; siempre y cuando el culto se hiciera de manera reservada, y nunca intentando arengar en público a la gente contra el culto oficial a los dioses romanos.
Faltaban pocas décadas para que un futuro Emperador, Flavio Valerio Aurelio Constantino, más conocido como Constantino I, fuese el primer emperador que detuviera oficialmente las persecuciones de los cristianos, y estableciera la libertad de cultos en el Imperio Romano; algo que el pobre Dionisio no alcanzó a ver.
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Digresión: ¿Por qué Constantino I se hizo cristiano?
Aquella decisión de Constantino I ocurrió luego de que el 28 de Octubre del año 312 dc, cerca del Puente Milvio en Roma, se produjese una importante batalla en la que venció a Majencio.
Según una leyenda atestiguada por muchos de su ejército, el día anterior a la batalla, Constantino tuvo una visión de un crismón en el cielo (las letras chi y rho superpuestas, que son las dos primeras letras griegas de la palabra Cristo), escuchando una voz que le dijo "con este símbolo vencerás"; y así ordenó modificar sus estandartes de guerra.
Ese triunfo militar convirtió a Constantino en la autoridad suprema del imperio romano de Occidente; y en reconocimiento a su nuevo Dios, al año siguiente (313) promueve y firma "El Edicto de Milán" (en latín, Edictum Mediolanense), más conocido como "La tolerancia del cristianismo".
En él se estableció la libertad de religión en el Imperio romano (no solo del cristianismo); finalizando oficialmente y para siempre las persecuciones dirigidas por las autoridades del vasto imperio contra ciertos grupos religiosos, especialmente los muy activos cristianos.
Este edicto fue firmado por Constantino I y Licinio, que eran en ese momento los dirigentes de los imperios romanos de Occidente y Oriente respectivamente; comenzando la nueva etapa conocida como "La Paz de la Iglesia".
Algunas décadas después, el 27 febrero del año 380, el cristianismo había avanzado tanto, que fue adoptado como la religión exclusiva del Imperio Romano, por un decreto del nuevo emperador Teodosio el Grande.
Fin de la digresión.
Volvamos al siglo anterior y a la historia de Saint-Denis, quien no alcanzó a gozar de la futura libertad de cultos.
Recordemos que en los años en que transcurren los hechos (aproximadamente entre 250 y 272 d.C) la religión cristiana era oficialmente ILÍCITA, por lo que su disimulada tolerancia o persecución, estaban sujetas al humor del Gobernador en cada lugar del vasto Imperio; y cada tanto ocurrían persecuciones generales de cumplimiento obligatorio, ordenadas por el Emperador de turno.
Dionisio, Rústico y Eleuterio tuvieron la mala suerte de caer dentro de la anteúltima persecución general, ordenada por el Emperador Aureliano (la última fue la de Diocleciano); en momentos en que las actividades de los tres evangelizadores y amigos eran ya bastantes conocidas en Lutecia.
Esas actividades hasta ese momento habían sido toleradas por el gobernador civil romano Sisinnius Fesceninus quien, ante el edicto Imperial, se vio forzado a ordenar la detención de Dionisio y sus dos compañeros; exigiéndoles que rindan culto y alabanzas al Dios Mercurio para perdonarles la vida, lo que fue rechazado por los tres, aún sabiendo que serían ejecutados.
Geografía de Lutecia en el Siglo III
La ciudad de Lutecia inicialmente estaba edificada sobre la margen izquierda del Río Sequana (hoy Sena), mirando aguas abajo; es decir al sur del río; y luego también en la Île de la Cité (la Isla de la ciudad) que, al estar en medio del río, ofrecía una fortaleza natural frente a posibles invasiones.
En esa margen izquierda, en el actual Distrito V de París, aun hoy podemos apreciar las "Arenas de Lutecia" que era un anfiteatro galo-romano del Siglo I; y también las ruinas de las "Termas de Cluny", junto al Museo del mismo nombre, que eran baños termales para los nobles romanos, construidos a finales del Siglo II.
En la Isla de la Cité, al principio solo había un templo de Júpiter (donde actualmente está la Catedral de Notre-Dame), y algunas construcciones menores; hasta que alrededor del año 285 d.C. el Gobernador decidió edificar un segundo Palacio para protegerse en casos de invasiones bárbaras, y otros edificios de apoyo.
En esa oportunidad también se amuralló el perímetro de la isla, con un muro cuyas ruinas se pueden observar tanto en la Cripta Arqueológica de Notre-Dame, como bajo nuestros pies en el nº 6 de la Rue de la Colombe; donde se aprecia una franja de adoquines de textura diferente.
La Isla se conectaba con el territorio mediante dos puentes de madera, uno hacia el sur donde estaba la ciudad principal, y otro hacia el norte. Luego del año 300 aproximadamente, la île de la Cité comenzó a tener mucha relevancia estratégica y terminó siendo el núcleo de la Ciudad de París.
La costa norte del río (margen derecha mirando aguas abajo) era un descampado absoluto, lleno de pantanos en la cercanía del río. De ahí deriva el nombre "Marais" del barrio que actualmente ocupa los Distritos III (bajo Marais) y IV (Alto Marais) de París. Marais quiere decir "pantano" en francés.
No obstante mas al norte, ya alejándose del río, habían algunos terrenos cultivables y la colina que hoy conocemos como "Montmartre", que ocupará una parte central en esta historia del calvario y martirio sufrido por Saint-Denis y sus amigos.
En la cumbre de esa colina, existían dos templos para los dioses romanos Marte y Mercurio; y en sus laderas existían viñedos (de los cuales al menos uno sigue produciendo actualmente un rico vino Malbec, que era el tipo de vino popular).
En los nombrados templos de Mercurio y Marte, los romanos solían ofrendar sacrificios... y también ejecutar condenados a muerte.
Saliendo de la Isla por el puente Norte, se bifurcaban tres caminos: 1º) hacia el Noroeste el "camino de las provincias marítimas"; 2º) hacia el Norte el "camino de las provincias del Norte"; y 3º) hacia el Este el de las Provincias del Este.
Del primero de los nombrados que iba hacia el Noroeste, el de las Provincias Marítimas, al poco de andar se bifurcaba unos 45º hacia la derecha (es decir hacia el Norte) otra senda que iba exclusivamente hasta la cima de la colina de Montmartre.
Por favor presten mucha atención al siguiente mapa antiguo, que muestra las rutas que conectaban a Lutecia con el resto del territorio, especialmente el que llega hasta Montmartre, que más adelante compararemos con las actuales calles de París.
El nombre "Montmartre" puede tener su origen en diferentes causas, sobre las que discuten los historiadores.
Según la Crónica de Fredegario, una crónica franca del Siglo VII, la colina todavía era nombrada como "Mons Mercore" (Monte de Mercurio). En otros escritos surge el topónimo Mons Martis ("Monte de Marte"), que habría sido cristianizado como "Montmartre".
Recordemos que allí habían templos de ambos dioses, aunque también los había en otros lugares de la ciudad al sur del río; por lo que la colina no tendría la exclusividad de esos cultos.
Sin embargo, el origen más probable, el más aceptado por los parisinos actuales tan devotos de Saint-Denis, y que tiene que ver con la historia de los sucesos allí ocurridos; es que el origen del nombre Montmartre deriva de "Mons Martyrium" ("Monte del martirio" en latín).
La Leyenda de Saint-Denis y mi análisis objetivo
Vamos al grano de lo que dice la leyenda de este santo descabezado, y que podrán encontrar en cientos de blogs que la repiten sin analizarla; cosa que yo sí me propuse hacer.
Algunos le cambian ciertas partes, pero básicamente el núcleo de la leyenda de Saint-Denis dice lo siguiente:
"Tras ser decapitado, un ángel se posó sobre el cuerpo inánime de Dionisio y le infundió energía vital, quien recogió su cabeza y caminó seis kilómetros con ella bajo el brazo, atravesando Montmartre por el camino que más tarde sería nombrado como calle de los Mártires. En un punto de su trayecto, entregó su cabeza a una piadosa mujer de la nobleza romana, llamada Casulla, y después se desplomó. En ese punto exacto, la mujer le dio cristiana sepultura y muchos años después se edificó la célebre basílica de Saint-Denis en su homenaje. La ciudad también se llama actualmente Saint-Denis."
Fin de la leyenda. Ahora analicemos este párrafo tan creativo...
Obviamente lo primero que destaca es la fantasía de un hombre caminando 6 km sin su cabeza, sobre lo cual no haré más comentarios.
Pero hay además una grave contradicción geográfica: si Dionisio bajó la colina decapitado por la actual "Rue des Martyrs" (calle de los mártires), lo hizo hacia el SUR, es decir como volviendo hacia Lutecia; mientras que la actual ciudad de Saint-Denis donde habría entregado su cabeza a una cristiana y caído finalmente muerto, siendo allí mismo enterrado, está al NORTE de Montmartre...
Otra observación que podemos considerar, es que la leyenda menciona ese milagro solo para Dionisio, suponiéndose que Eleuterio y Rústico quedaron muertos en el lugar del martirio, sin milagro para ellos.
Sin embargo la calle mencionada en la leyenda utiliza el plural en su nombre: calle de LOS MÁRTIRES, dando a entender que por allí pasaron los tres.
Mi opinión del nexo real entre el martirio de Saint-Denis, Saint-Eleuthère y Saint-Rustique; y la historia y la geografía de aquel momento, es la siguiente:
- Es un hecho cierto que las tumbas originales de San Dionisio, San Eleuterio y San Rústico, están realmente las tres en la cripta inferior de la Basílica de Saint-Denis (la más antigua con restos arqueológicos).
Sobre ellas, en el Siglo V Santa Genoveva hizo construir una primera iglesia (esto está documentado); que luego de muchos siglos se iría ampliando hasta ser la hermosa Basílica y Abadía que hoy podemos visitar.
Las tres tumbas fueron de las muy pocas que no fueron profanadas por los revolucionarios franceses en los años 1793 y 1794, cosa que sí hicieron con las de todos los reyes y reinas.
- Las reliquias de Saint-Denis y sus dos compañeros parecen corresponder a personas del Siglo III, y ahora se encuentran en un relicario en su homenaje, ubicado en un lugar de la Basílica más adecuado para su devoción por parte de los creyentes, cerca de la deslumbrante tumba del Rey Dagoberto I.
- Es altamente probable que los tres mártires efectivamente hayan sido decapitados en algún punto de la colina de Montmartre, tal como dice la leyenda, por ser el lugar que solían usar los romanos para esos fines.
- Sería muy casual que la "calle de los Mártires" no tuviese ninguna relación con el martirio; entonces yo considero que por allí fueron llevados (los tres) "hacia" su trágico destino, a modo de calvario previo; y no que haya pasado por allí Dionisio caminando con su cabeza en las manos "luego" de la decapitación.
Por eso mi hipótesis histórica es que, luego de las ejecuciones, simplemente alguna persona piadosa se ocupó de llevar los cuerpos para sepultarlos cristianamente.
Recordemos que ya muchos nobles del Imperio Romano, especialmente las esposas de algunos mandatarios, en secreto profesaban la Fe de Cristo.
Como las autoridades romanas no querían que fuese en el Monte de Mercurio y Marte, para no ofender a sus dioses; ni mucho menos en el cementerio de la ciudad de Lutecia, para evitar que los pocos habitantes cristianos le rindiesen devoción frente a sus tumbas; seguramente exigieron que se los llevasen bien lejos, siendo enterrados finalmente en la actual ciudad de Saint-Denis, que por aquella época era un lejano campo casi deshabitado.
- Si analizamos el mapa actual, desde el centro de París hasta llegar a Montmartre, veremos que hay otras calles (además de la Rue des Martyrs) cuyos nombres y recorridos nos dan pistas muy valiosas para descubrir el posible trayecto completo del calvario.
Por ejemplo, la calle "Montmartre" está construida sobre el antiguo "camino de las provincias marítimas" que, como vimos antes, en su primera parte de salida de Lutecia, desde una bifurcación llevaba hacia Montmartre; y se siguió usando a través de los siglos.
La comprobación de que es el mismo camino se obtiene al ver la forma de amplia curva que describe un poco más al norte de la altura del museo Grévin (ver mapa que sigue); algo que en la París modificada por Hausmann en el Siglo XIX solo se respetó sobre antiguas vías muy transitadas y adoptadas por los parisinos; dado que él era partidario de las calles rectas, y avenidas y boulevares de interconexión también rectos, aunque estuvieran en diagonales, pero nunca quiso curvas para sus calles nuevas de París.
En el mapa de París de la imagen anterior indiqué el que yo considero como más probable recorrido del santo y sus amigos rumbo a su ejecución, comparando el antiguo mapa de caminos de Lutecia y el mapa de calles actual (verificándose que tienen una coincidencia topográfica casi perfecta, cosa que el lector puede constatar mirando las imágenes); y ponderando también los nombres de las calles, que generalmente los parisinos, tan orgullosos de su rica historia, siempre desearon conservar para recordar hechos o lugares importantes.
Si bien cuando era Lutecia no existían los puentes actuales, sino solo uno de madera hacia el norte y otro hacia el sur desde la isla; elegí para empezar el recorrido tentativo saliendo de la Isla al "Pont Neuf" ("Puente nuevo", que marqué como punto 0).
También podría haber elegido el actual "punto 0 de rutas" que hay en el piso del atrio de la Catedral de Notre-Dame, pero ésta no existía entonces.
Hasta llegar al punto 1 del recorrido, las calles llevan nombres modernos sin relación con el martirio; como "rue pont neuf", "Place Maurice Quintin" y "Allée André Bretón".
Pero al llegar a la Iglesia de San Eustaquio (punto 2, ver mapa anterior), allí comienza la "Rue Montmartre" que como vimos, es el mismo camino milenario que llevaba hacia esa colina.
Siguiendo hacia el norte por la Rue Montmartre, que luego pasa a llamarse "Rue du Faubourg Montmartre", llegamos hasta la Iglesia "Notre-Dame de Lorette" (no confundir con la catedral de Notre-Dame) (punto 3); allí nace la "Rue des Martyrs" mencionada en la leyenda.
La Rue des Martyrs actualmente termina en la "rue la Vieuville", ya a los pies de la colina, a escasos 100 metros del "Muro de los Te Quiero". Girando hacia la derecha unos metros por la rue la Vieuville, luego volvemos a girar hacia el norte por la "Rue Drevet" hasta la "Rue Gabrielle", en la cual giramos a la izquierda 20 metros y encontramos (punto 4) la escalera que sube la pendiente final, y que se llama ni más ni menos que "Rue du Calvaire" (calle del Calvario)...
Para terminar de convencernos con los nombres, al terminar la subida de la escalera (punto 5) nos encontramos con la calle "Place du Calvaire" (5-6 del mapa); hoy un hermoso lugar con una glorieta con verdes plantas que actúan como techo, dando protección del Sol en verano a los clientes de los bares que tienen mesas en la calle.
Comentario turístico: si desde esta esquina miramos hacia París por encima de la escalera, divisamos centrada en el horizonte a lo lejos la figura oscura del edificio Torre Montparnasse. Ver foto siguiente.
En algún lugar muy cercano a este punto, hace casi dieciocho siglos, fueron ejecutados los tres santos de esta historia.
Las sugestivas referencias geográficas de este recorrido terminan en otro lugar muy próximo, llamado "Square Suzanne Buisson", que es una plaza donde existe una estatua de Saint-Denis recordando su martirio; aunque no hay constancia que haya ocurrido exactamente allí.
A continuación muestro en color azul el recorrido final que habría que hacer para llegar a ella.
Todo este recorrido a pie que describí, entre el Pont-Neuf en el Río Sena, hasta la Place du Calvaire en Montmartre, mide aproximadamente 3,53 Km (medido con Google Maps ©); una distancia moderada para un caminante interesado en la historia y que no pretenda ver vidrieras elegantes por el trayecto, porque no las hay.
Corolario:
¿Por qué la Iglesia antiguamente fue tan proclive a inventar fantasías, mezclándolas con hechos reales?
Es algo que ya casi no ocurre en la actualidad, porque la Ciencia, el nivel educativo promedio de la gente, y los canales de comunicación y aprendizaje como es la Internet; actúan como filtro de la mayoría de los hipotéticos "milagros"; dándoles explicación racional.
No obstante, aún hoy se siguen produciendo algunas sanaciones inexplicables de enfermos terminales y otros casos verdaderamente milagrosos; que escapan a toda explicación científica.
Por esto aclaro que mi amor a Dios y al Espíritu Santo no están en duda, aunque escriba estas notas.
Pero antiguamente, los únicos que recibían educación (y dirigida justamente por la Iglesia en el caso del Cristianismo europeo, hasta la revolución que fue acabando con las Monarquías Absolutistas); eran los nobles y los sacerdotes; mientras que la plebe inculta era campo propicio para inculcar dos sentimientos:
1) La atracción y veneración de los santos por sus poderes capaces de producir milagros, que sumaba fieles a la Iglesia.
2) El temor a Dios, viendo los castigos a que eran sometidos quienes se apartaban del Culto Eclesiástico y sus reglas. Este temor aseguraba una feligresía obediente y fiel.
La naciente Iglesia no solo pregonaba el genuino amor a Dios y a Jesucristo que podía ser vivenciado por cada creyente en forma directa, sin intermediarios; sino que además necesitaba muchos santos para justificar su creciente estructura organizativa y los aportes pecuniarios que la sostenían... y para tener muchos santos se necesitaban muchos milagros...
Es por eso que, en mi humilde opinión, "adornaba" con hechos fantásticos los hechos reales; estrategia que fue exitosa en la antigüedad, pero que hoy sería contraproducente en la feligresía educada e inteligente, cada día menos practicante del culto; aunque no por ello menos creyente en Dios.
Tampoco es necesario caer en el ateísmo para separar la paja del trigo...
En mi caso, y tal vez en el de muchas otras personas educadas que creemos en Dios pero también amamos la Verdad; me guía la frase de San Agustín "Intellectum Valde Ama" (Ama mucho la inteligencia); la cual nos enseña que la Razón no se opone a la Fe, sino que la refuerza en los aspectos importantes, los verdaderamente trascendentes para todos los seres vivos.
Bueno, pero este relato continúa.... Ahora los invito a seguir leyendo LA HISTORIA DE LA BASÍLICA DE SAINT-DENIS, que se edificó sobre la tumba de este Santo, y donde reposan los Reyes y Reinas de Francia.
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