Las Gárgolas y Quimeras de la Catedral de Notre-Dame


La frase "las gárgolas de Notre Dame" es la más usada por quienes se refieren a todas las atemorizantes esculturas que hay sobre esta hermosa Catedral Medieval; sin saber que muchas de ellas no son gárgolas, sino quimeras

Antes de aprender del tema, yo también cometía el error de generalizar como "gárgolas" a todas ellas.


gargolas y quimeras de notre-dame

Por ejemplo, la que está en primer plano de la foto inicial, apoyando sus codos sobre la baranda, como si estuviese observando embelesada París, es una Quimera.

Tal vez sea la más fotografiada por los turistas, por su gesto romántico y permitir una excelente foto con la colina de Montmartre y su blanca Basílica del Sacré-Cœur de fondo.

Leyendo lo que sigue, usted también conocerá la diferencia, y de un solo vistazo aprenderá a distinguir gárgolas y quimeras.


Gárgolas y Quimeras, y el placer de aprender viajando

Disfruto mucho más de mis viajes cuando, además de las fotos de turista, traigo conmigo la experiencia de estar en lugares históricos; y de vivir y aprender la cultura que se ponga a mi alcance.

Europa es sin duda el más maravilloso de los continentes en ese aspecto para nosotros, los “occidentales”.

Quienes me leen ya saben porqué, por razones familiares, yo ansiaba tanto conocer París, no lo voy a reiterar en esta nota; y dos sitios emotivamente particulares para mí: la Torre Eiffel (experiencia que narraré en otra nota) y la Catedral de Notre-Dame. Gracias a Dios, pude conocerla a fondo en los viajes que hicimos.

De esta maravillosa catedral me interesaba conocer tanto su interior, como su hermosa fachada plena de arte medieval, sus dos torres con sus célebres campanas, y las famosas "Gargolas de Notre Dame" que como veremos, en realidad son gárgolas y quimeras, las que constituyen el tema de la presente.


frente de la catedral de Notre-Dame de Paris

frente de la catedral de Notre-Dame de Paris

gárgolas y quimeras de Notre-Dame

gárgolas y quimeras de Notre-Dame

¿Cuál es la diferencia entre Gárgola y Quimera?

Las gárgolas sirven para evacuar el agua de lluvia hacia la calle, sin que se deslice por la fachada del edificio y la desgaste y manche con el paso del tiempo. En cambio las quimeras no tienen esa función, pues no poseen una tubería adentro; y son simples estatuas.

... O no tan simples... si les interesa la historia y la mitología, siga leyendo.

¿Qué son las gárgolas?

Las gárgolas son desagües que ya usaban varias culturas antiguas, las cuales tuvieron el mismo problema que los edificios cristianos posteriores de nuestra era: ¿Cómo evitar que el agua de lluvia erosione y manche las fachadas de los edificios importantes?. Entonces se crearon estos desagües, posteriormente decorados, llamados gárgolas.

Historia de las gárgolas.

Ya había gárgolas en edificios egipcios y griegos. Surgieron como desagües de los canales superiores que evacuaban el agua de lluvia de los tejados.

Su nombre "gárgola", proviene del latín gargŭla (garganta), o también de "gargărīzo" que proviene del griego γαργαρίζω (hacer gárgaras).

En francés, gárgola se dice “gargouille”, y el verbo gargouiller significa hacer un ruido parecido al de un líquido en un tubo, gorgotear, hacer gárgaras.

Para cumplir adecuadamente su función, debían sobresalir bastante de los edificios para que el chorro de agua no tocase las fachadas (muros exteriores), que eran susceptibles a la erosión.

Al ser elementos que sobresalían de los muros, fueron objetos ideales para decorarse con temáticas vistosas.

Antiguamente, por lo general las gárgolas representaban criaturas afines a la deidad que supuestamente protegía el edificio donde se colocaban.

Durante la época egipcia, griega y romana, las gárgolas no fueron tan llamativas en los edificios, pues normalmente no sobresalían tanto porque, al ser edificios bajos, no era necesario separar tanto el chorro de la pared, pues era poco probable que un eventual viento lo torciese tanto como para que toque la pared antes que llegue al suelo.

Con la caída del Imperio Romano, los edificios evolucionaron a partir de lo dejado por éste. Surgió la arquitectura románica, en la cual tampoco sobresalen las gárgolas. Pero esto cambiaría radicalmente cuando las alturas y ornamentos de los edificios aumentaron, a partir del siglo XI.

El estilo gótico se desarrolló en el Siglo XII , en la llamada baja edad media; permitiendo una arquitectura luminosa, muy decorada y extremadamente elevada en el cuerpo de la iglesia.

Esto como competencia al estilo previo, el románico, que era austero, sólido y oscuro.

La Catedral de Notre-Dame de París es la más famosa entre las de estilo gótico que se conservan, (aunque dañada por el terrible incendio ocurrido el 15 de Abril de 2019, pero en vías de reconstrucción al momento de escribirse esta nota).

interior de la catedral de Notre-Dame de París

interior de la catedral de Notre-Dame de París

Con muros tan altos y tan artísticamente ornamentados, el agua de lluvia era una seria y permanente amenaza, capaz de borrar por erosión los bellos detalles. Entonces las gárgolas fueron una solución genial.


esculturas en el frente de la catedral de Notre-Dame

esculturas en el frente de la catedral de Notre-Dame

Los canales que evacuaban la lluvia de los tejados se alargaron más que nunca en los edificios, así el agua ya no chorrearía en exceso sobre las decoraciones cuando lloviese. Cuanto más alto es el edificio, tanto más largas son las gárgolas.


gárgola de Notre-Dame

Al alargarse los canales surgió más lugar para esculpirlos, y el imaginario colectivo y los artistas de la época crearon nuevos seres interesantes y terroríficos.

¿Existen las gárgolas?

Cuando un niño le pregunte si existen las gárgolas, puede responderle que sí, (con lo cual abrirá sus ojos sorprendido y atemorizado), pero luego de una pausa, para tranquilizarlo, seguir respondiendo que existen las gárgolas como desagües, y que no existen las gárgolas como animales reales, sino como seres imaginarios de la mitología. A continuación veamos eso.

A las gárgolas del paganismo antiguo se las llamó “grifos”, que eran criaturas mitológicas por las que la cultura medieval popular sentía gran interés. Veamos entonces sobre grifos y gárgolas.


grifo - mitología

Pero no todos los “grifos” tienen que ver con dicha criatura mitológica, es más bien un término genérico y sinónimo para las “gárgolas cristianas” que servían de cañería pluvial. 

Esta es la razón por la que en la actualidad tiende a llamarse con el mismo nombre (grifo) a las tuberías por donde sale el agua potable en nuestras viviendas.

Por lo mismo, las gárgolas se relacionan, pero no se limitan, al repertorio de criaturas fantásticas descritas en los textos llamados “bestiarios medievales”, sobre grifos y gárgolas.

Luego, con el avance de las técnicas constructivas, aparecieron métodos más eficientes de evacuar el agua, y gradualmente las gárgolas fueron quedando en desuso.

Nacieron como una necesidad y desaparecieron cuando dicha necesidad fue satisfecha de una manera más práctica.

Por otro lado, con el paso de los años representaban un peligro si no eran bien mantenidas, pues cada tanto se derrumbaban sobre caminantes desprevenidos.

Por lo dicho antes, el reinado de las gárgolas pertenece a la baja edad media y especialmente al estilo arquitectónico gótico. Sin embargo, siguieron subsistiendo con otros fines como elementos decorativos y de significado.

Fueron considerados seres que cuidaban las Iglesias. Allí fue cuando nacieron las “quimeras” para ayudarlas en ese cometido.


gárgolas y quimeras de Notre-Dame

Quimeras:

Las quimeras son estatuas con fines decorativos, aún más grotescas que las gárgolas, pero que no tienen su función de evacuación de agua.

En la siguiente foto que tomé en Notre-Dame, indiqué ejemplos de cada tipo, para mostrar la diferencia entre gárgolas y quimeras:


diferencia entre gárgolas y quimeras

¿Por qué las gárgolas y quimeras son tan aterradoras?

Desde nuestra visión moderna puede parecer incorrecto colocar estas esculturas amenazadoras que son las gárgolas y quimeras en los templos cristianos, pero existió una razón para ello.


gárgolas y quimeras de la catedral de Notre-Dame

gárgolas y quimeras de la catedral de Notre-Dame

gárgolas y quimeras de la catedral de Notre-Dame

gárgolas y quimeras de la catedral de Notre-Dame

Las criaturas extrañas no son exclusivas del paganismo u ocultismo. La misma Sagrada Escritura a veces retrata a los ángeles de maneras bastante dramáticas, especialmente a los "querubines", que son los ángeles de Dios que resguardan las cosas sagradas.

Por ejemplo, encontramos el siguiente texto descriptivo en el relato de Ezequiel:

"Tenían cada uno cuatro caras y cuatro alas. Las piernas eran rectas y las plantas de sus pies eran como las pezuñas del buey, relucientes como el fulgor del bronce bruñido. Bajo sus alas había unas manos humanas vueltas hacia las cuatro direcciones, lo mismo que sus caras y sus alas, las de los cuatro. Sus alas estaban unidas una con otra; al andar no se volvían; cada uno marchaba de frente."

"Las formas de sus caras, era una igual a la del hombre, y de león en la cara derecha, y cara de toro a la izquierda, y cara de águila atrás. Tenían sus alas desplegadas hacia arriba; cada uno tenía dos alas que se tocaban entre sí, y otras dos que cubrían su cuerpo; y cada uno caminaba de frente; hacia donde el espíritu les hacía ir, allí iban, y no se volvían en su marcha."


visión de Ezequiel


"Entre esos seres había algo como brasas incandescentes, con aspecto de antorchas, que se movía entre ellos. El fuego lanzaba gran resplandor y rayos; y los seres iban y venían con el aspecto del relámpago." (Ezequiel 1,6-14 – Biblia edición del Peregrino). 

Así vemos como el prejuicio moderno hacia las gárgolas y quimeras de formas atemorizantes, no tiene fundamento en la antigua narrativa cristiana. Desde siempre, en el simbolismo judeo-cristiano, lo amenazador representaba ferocidad; indicando precaución y reverencia, pero no necesariamente maldad.

Con el tiempo esto evolucionó en el pensamiento cristiano, entonces sí lo amenazador (normalmente feo) comenzó a asociarse irrevocablemente con la maldad o lo impropio; y lo bello y tierno a lo digno y reverente.


querubin

Para el Renacimiento (siglo XV) lo atemorizante fue siendo expulsado paulatinamente de los templos, incluso los bíblicamente bestiales querubines fueron transformados en adorables y rozagantes niños alados (los Ángeles).

En la Edad Media esto todavía no era así, fue una época de transición en este aspecto, lo terrorífico ya representaba lo malvado, pero esto también debía ser expresado en los templos.

Si la Revelación mostraba la presencia del mal para advertir a los fieles, los templos no debían ocultar este mensaje; esto dicho desde el sentido catequizador de "lo feo". 

Los constructores medievales tenían en cuenta esta parte del mensaje evangélico: “el mal existe y hay que ser precavidos y conscientes de su acción”.


gárgolas y quimeras de Notre-Dame

Mientras que en el exterior de las catedrales, las gárgolas y quimeras representaban la maldad en el mundo, o sus vigilantes; las esculturas de santos en el interior de esos templos representaban la virtud de Dios en la Iglesia.

Y, como en la práctica las gárgolas son desagües que expulsan residuos desde las catedrales medievales; hubiera sido una falta de respeto representarlas como santos o ángeles.

Saint-Romain (San Romano) y la serpiente

Las gárgolas en algunos casos también fueron interpretadas como el triunfo del bien sobre el mal. Como se puede observar, algunas gárgolas no representan a seres terroríficos completos, sino más bien sólo sus cuellos alargados y sus fauces abiertas expulsando agua.

Esto se aprovechó para crear relatos épicos del triunfo del Bien sobre el Mal; el más representativo entre ellos sería uno francés que relata la victoria de un santo sobre el demonio.

La leyenda cuenta que una enorme serpiente devoraba a las personas y animales del campo, entre los pantanos de la orilla derecha del río Sena, . San Romano, obispo de Rouen (siglo VII), sería entonces el valiente que daría caza a la criatura.

El único hombre que se atrevió a acompañarlo fue un condenado a muerte, que no tenía nada que perder.

Frente a la serpiente, Romano logró dibujar la señal de la cruz sobre la bestia, esto la paralizó permitiéndole al santo usar su estola como una correa para atar las patas de la criatura (sic) (no me pregunten qué clase de serpiente tiene patas…). Fue así como, según la leyenda, el monstruo fue llevado al poblado para luego ser quemado en el atrio de la antigua catedral.


San Romano y la serpiente

Pero la dura cabeza de la criatura soportó las llamas quedando petrificada. Dicha cabeza se colocó en el exterior de la catedral como recordatorio del triunfo del evangelio sobre los seres malignos dispersos por el mundo.

Sería una advertencia hacia cualquier demonio que quisiera perturbar la casa de Dios, si se acercaban ya sabían cómo terminarían. Así surgiría devotamente la explicación de las gárgolas y quimeras desde tierras francesas.

De este relato también surgió una costumbre que continuó hasta el año 1790. El obispo de la Diócesis de París perdonaba a un sentenciado a muerte el día de San Romano. Así también se recordaba la colaboración del criminal penitente que ayudó a vencer a la criatura. Al delincuente absuelto se le permitía portar el relicario con las reliquias de San Romano durante una procesión festiva.

Ya sea como feroces defensores de lo sagrado (reminiscencia de los querubines bíblicos), o demonios huyendo asustados de la iglesia, las gárgolas y quimeras se posaron en todas las catedrales, desde las góticas hasta las de estilo barroco.

Sin duda, para ver genuinas quimeras y gárgolas, Notre-Dame de París es la catedral indicada, pues ellas están ahí desde hace más de ocho siglos.

Para finalizar, dejo a continuación alguna de las espectaculares vistas que disfruté desde lo más alto de ambas torres de la Catedral de Notre-Dame, el año anterior a su incendio:


vistas desde las torres de la catedral de Notre-Dame de París

vistas desde las torres de la catedral de Notre-Dame de París

vistas desde las torres de la catedral de Notre-Dame de París

vistas desde las torres de la catedral de Notre-Dame de París

vistas desde las torres de la catedral de Notre-Dame de París

Ya no más generalizar "las gárgolas de Notre Dame", pues las más llamativas a la vista justamente no lo son... son quimeras.

Por último, y como regla mnemotécnica para no confundirlas nunca más, recordemos la primera foto de portada de la quimera mirando la ciudad, con sus codos sobre la cornisa de la Catedral de Notre-Dame, y sus manos sosteniendo su cara embelesada por lo que ve; e imaginemos que nos dice:... "¡QUÉ BELLEZA PARÍS!, ES UNA "QUIMERA" PARA MÍ, QUE SOY DE PIEDRA, PODER VOLAR SOBRE ELLA..." 😉👋


Fuentes:

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