La oriflama (oriflamme) es un antiguo pendón de la abadía de Saint-Denis, y fue estandarte de guerra de los reyes de Francia. También se la conoce como Estandarte de la Abadía de Saint-Denis.
Estuve junto a ella en el año 2018, y a continuación les cuento su dilatada historia.
Historia de la Bandera Oriflama de Saint-Denis
El abad y los monjes de la antigua abadía de San Dionisio (Saint Denis), usaban la oriflama en sus disputas particulares, para recuperar los bienes que usurpadores les hubiesen arrebatado, o para impedir un nuevo despojo.
Al ser religiosos no podían usar armas (recordemos que los únicos que sí tenían autorizada por el Papa esa doble condición de "monjes-guerreros" eran los Caballeros Templarios).
Entonces, los monjes de Saint-Denis encargaban su defensa a un "protector o abogado" con soldados y/o mercenarios que sí iban armados; y le cedían su enseña de guerra para lograr ese objetivo, como "carta de presentación"; cumplido el cual, la Oriflama volvía a Saint-Denis.
El nombre de "oriflama" se debe a la forma y colores de este estandarte, que pueden ver en las fotos.
Al ser de color rojo con puntas en la parte inferior y algunos motivos dorados, cuando era ondeada por el viento parecía una llama de fuego.
Los protectores de la abadía eran los condes de Vexin. A ellos les confiaban la defensa de sus bienes los monjes de Saint-Denis.
Cuando el condado de Vexin pasó a ser parte del Reino de Francia, en tiempo de Felipe I o de su hijo Luis el Gordo, la oriflama fue adoptada como enseña de la casa real.
Fue el Rey Luis el Gordo el primero que sacó el estandarte de la basílica de Saint-Denis, para enarbolarlo como bandera que debía proteger a su reino, al enterarse que Enrique V del Sacro Imperio Romano Germánico marchaba con su ejército contra Francia en el año 1124.
Los reyes de Francia tomaban este estandarte del altar de Saint-Denis, y cada vez que eso pasaba, prestaban el juramento como lo hacían antes los condes de Vexin.
Así lo llevaban al campo de batalla, no sólo en casos de defensa, sino para todo tipo de guerra; pues la oriflama era la enseña más motivadora y querida por los viejos ejércitos franceses, y la antigua bandera de los reyes de Francia en batalla.
Durante el siglo XIII el cargo de "portaoriflama" fue uno de los más dignos de la corona, y el caballero que lo desempeñaba llevaba la bandera alrededor del cuello hasta empezar el combate, momento en que la enarbolaba en la punta de la lanza.
La última vez que se usó fue en la batalla de Azincourt (1415), cuando era rey de Francia Carlos VI, que fue una derrota frente a Inglaterra.
Su sucesor, Carlos VII, en la gesta final de la Guerra de los Cien Años, donde gracias a la providencial participación de Juana de Arco, terminó expulsando del suelo francés a los ingleses y reorganizando el reino; ya usaba la bandera blanca con flores de Lis, que pasó a ser a partir de entonces la nueva enseña de la casa real francesa.
La Basílica de Saint-Denis es la primera construcción de estilo Gótico (siglo XII), y aquí reposan los restos de todos los reyes, reinas, príncipes y princesas de Francia.
Se encuentra al norte de París (ver mapa), y se puede llegar a ella con la línea 13 del Metro.
Quienes hayan visto la serie "Vikingos" en el videocable, recordarán una escena (temporada 3, capítulo 8) en la que, durante un frustrado intento de invasión vikinga a París; frente a la cobarde inacción del emperador carolingio y rey de Francia Carlos III "el gordo", su valiente hija, la princesa Gisla, trae la oriflama, la hace bendecir, y arenga con ella a los soldados franceses para infundirles valor, logrando rechazar a los "salvajes del Norte".
El copyright del siguiente fragmento de video pertenece a MGM Television:
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