En la República Checa, además de Praga su ciudad capital, nos deleitamos visitando un pueblito medieval, sobre el río Moldava, que es bellísimo.
Se llama Český Krumlov, y les recomiendo conocerlo. Estas son sus fotos y su historia.
El pueblo Medieval de Český Krumlov
En el Siglo XIII, la familia Rosenberg, que fue un ícono de la Nobleza Checa durante la Edad Media, construyó aquí su castillo protegido por las curvas cerradas del río Moldava, que actúan como una fortaleza natural. Sin duda era y es un lugar muy especial en la Bohemia meridional.
Una vez establecido el castillo, se fue creando una pequeña ciudad a orillas del río, aprovechando dicha situación estratégica privilegiada y que una corte importante necesitaba que muchos gremios de trabajadores acudieran para su servicio.
Aparecen así las lindas casitas a orillas del río que parecen extraídas de un cuento y que aún podemos ver, formándose la ciudad baja con su plaza principal. Las vistas desde lo alto del castillo o desde las colinas, viendo al río Moldava serpentear entre esas coloridas casitas, son maravillosas.
Mucho después, ya en el Siglo XVII, llegó la familia alemana Schwarzenberg, que introdujo toques renacentistas sobre el estilo medieval de sus predecesores. Esto se nota claramente al visitar el interior del castillo.
Gracias a ambas familias, a través de los siglos nació esta pequeña y bellísima joya checa.
Durante los tiempos del comunismo se oscurecieron aquellos lindos colores pastel de las casas, e incluso la ciudad corrió peligro por su alarmante abandono. Había comenzado a convertirse en una horrible mezcla de hormigón armado (como todas las construcciones comunistas), empezando por el castillo.
Pero afortunadamente en los años noventa se disolvió la URSS, recuperando cada república su independencia. Así los checos pudieron restaurar maravillosamente Český Krumlov con su estilo tradicional.
Tan bien lo hicieron, que en 1992 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; y desde entonces todos se obligan a conservar este legado para siempre.
Es una parada muy recomendable para hacer, si viajan por la ruta entre Praga y Viena como hicimos nosotros.
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