El lugar exacto de París donde fue quemado en la hoguera el último Gran Maestre de la Orden del Temple, Jacques de Molay, NO FUE frente a la Catedral de Notre-Dame, como muchos erradamente creen y divulgan en Internet; sino a unos 700 metros de allí.
Aquí verán fotos del sitio y haré un resumen de la injusta causa por la que fueron ejecutados, él y casi todos los Templarios.
La muerte del último Gran Maestre de los Caballeros Templarios
La punta de la Isla de la Cité de París (la marco en el mapa adjunto), hace mucho era un pequeño islote separado de la isla principal, al que llamaban "Isla de los judíos".
Allí quemaron en la hoguera al último Gran Maestre de la Orden del Temple; Jacques de Molay. (Al menos el último conocido, pues tal vez la Orden tuvo sobrevivientes que pasaron a la clandestinidad)...
En el lugar hay una placa que en francés dice brevemente:
"En este lugar, Jacques de Molay, último Gran Maestre de la Orden del Temple, ha sido quemado el 18 de Marzo de 1314".
Con el paso de los siglos, por los sedimentos del río, ambas islas se unieron, y quedó como una proa de un barco. Ahora ese lugar de la Île de la Cité es una linda placita que se llama "Place du Vert-Galant", a la que el Río Sena le pasa por los dos costados; siendo un lugar muy agradable para relajarse junto al agua.
Causas de la conspiración contra los Templarios:
Ocho años antes, en 1306, luego que el Reino de Francia expulsó a los judíos; la economía francesa estaba en ruina.
El rey Felipe IV había pedido muchos préstamos a la Orden del Temple, y no tenía fondos para devolverlos. Recurrió a varias devaluaciones de la moneda, causando gran disgusto entre sus súbditos.
El rey, desesperado, ordenó divulgar la mentira de que los Caballeros Templarios se comportaban de manera poco cristiana, practicando sodomía y rindiendo culto al Diablo.
Con Guillaume de Nogaret, un individuo sin escrúpulos; y el confesor real, Guillem Imbert, como cómplices, elucubraron un plan para destruir a la Orden del Temple y quedarse con sus bienes; desapareciendo de paso todas las deudas del monarca.
En el año 1307, el papa Clemente V y el rey Felipe IV se pusieron de acuerdo, y ordenaron apresar a Jacques de Molay, junto con los demás caballeros templarios que pudieron encontrar; acusándolos de sacrilegio contra la Santa Cruz.
Molay, al ser sometido a torturas, terminó reconociendo los cargos que le habían imputado; aunque con posterioridad se retractó. A pesar de ello, en 1314 fue quemado vivo en la hoguera.
Antes de expirar, públicamente volvió a retractarse de su confesión bajo tortura, negando todas las acusaciones, proclamando la inocencia de la Orden del Temple, y lanzando una maldición a los responsables de la infame conspiración; a los que emplazó ante el tribunal de Dios, al cual irían en el plazo de un año, según vociferó antes de morir. Extendió su maldición a sus descendientes hasta la decimotercera generación.
Efectivamente, poco después esta maldición se cumplió. El papa Clemente V falleció el 20 de abril de 1314 y Felipe IV falleció el 29 de noviembre, muerto de un accidente cerebro-vascular mientras cazaba (este último detalle fue amablemente aportado por la lectora de este blog Leonor Ures). Finalmente, ese mismo año también murió envenenado el cómplice conspirador Guillaume de Nogaret.
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