Llivia es un territorio de España incluido en Francia, de apenas 12,83 km². Es uno de los enclaves que hay en diferentes partes del Mundo, pero este lugar tiene una larga historia desde hace milenios; y al mismo tiempo un presente encendido por pasiones políticas, nacionalistas y republicanas.
A continuación, su historia y sus fotos.
¿Dónde está Llivia?
Llivia es una villa y municipio catalán bajo jurisdicción de la provincia de Gerona, de la comunidad autónoma de Cataluña (Comunitat Autònoma de Catalunya).
Se encuentra a 153 kilómetros de su capital provincial, rodeado en su totalidad por territorio francés en el departamento de Pirineos Orientales, como parte de lo acordado en el Tratado de los Pirineos de 1659 y específicamente en el Tratado de Llivia de 1660.
A Llivia la rodean las comunas francesas de Bourg-Madame, Estavar, Targasonne, Saillagouse, Sainte-Léocadie, Ur y Angoustrine-Villeneuve-des-Escaldes.
Por lo tanto, Llivia es un enclave de España en Francia.
El municipio de Llivia comprende las poblaciones de Llivia, Gorguja y Cereja.
Historia de Llivia
Historia Antigua de Llivia
El pasado de Llívia se remonta a tiempos remotos. La leyenda atribuye al mismísimo dios Hércules la fundación de la ciudad.
Pero dejando de lado las leyendas y considerando hechos históricos, digamos que en la Antigüedad adoptó el nombre de Kerre (sierra o lugar rocoso), que dio paso al topónimo "Cerdanya", que ha sido poblada desde hace cinco milenios según comprobaciones arqueológicas.
No muy lejos de aquí, el mismísimo general cartaginés Aníbal Barca (conocido simplemente como Aníbal), cruzó los Pirineos con sus tropas y elefantes hacia su conquista de la antigua República de Roma, allá por el siglo III a.C.
Posteriormente, con el nacimiento del Imperio Romano y su amplia dominación del territorio, éstos la llamaron "Iulia Lybica", habiendo varias ruinas romanas en la zona.
Historia Medieval de Llivia
Ya a finales del debilitado Imperio Romano y luego de su caída; con los visigodos ya ocupando la zona, adoptó el nombre de "Castrum libyae".
Luego, con la llegada de los árabes pasó a ser "Medinet–el-bab" (Ciudad de la puerta).
Tanto Llivia como otras comarcas de la zona, antiguamente habían pertenecido al Imperio Carolingio (Reino Franco), y posteriormente cedidas a la Corona de Aragón.
Llívia también dice enorgullecerse de ser, según algunos autores, la cuna de Cataluña, ya que el conde Sunifred, padre de Wifredo el Velloso, vivió y gobernó desde Llivia.
En virtud del Tratado de los Pirineos de 1659, España cedió a Francia los treinta y tres pueblos de las comarcas catalanas del Vallespir, el Conflent, el Capcir, el Rosellón y la Alta Cerdaña que hoy forman, junto con la Fenolleda, el departamento francés de los Pirineos Orientales.
Pero Llivia quedó fuera de aquel tratado, por tratarse de una "Villa"; privilegio concedido por el Emperador Carlos V; por lo que continuó bajo dominio del Rey de España.
Su frontera se concretó en el Tratado de Llivia de 12 de noviembre de 1660.
Historia Moderna y contemporánea
En el siglo XX durante la Guerra Civil española, Llivia se mantuvo fiel a la República.
El 11 de febrero de 1939, las autoridades del bando sublevado franquista pidieron a las autoridades francesas permiso para ocupar la villa, debido a que para acceder a ella había que pisar suelo galo.
Al entrar los franquistas no encontraron resistencia armada; pero aquel hecho marcó por generaciones, hasta hoy, a los habitantes de LLivia.
Actualmente, según censo de 2019, su población era de 1417 habitantes, repartidos en un territorio de 12,83 km².
Las lenguas habladas en la localidad son mayoritariamente el catalán, luego el castellano y el francés.
Tanto las autoridades del Municipio, como seguramente casi todos sus habitantes, se declaran fervientes independentistas de España; cosa que se puede verificar viendo las fotos con tantas banderas esteladas de Catalunya, y también carteles y pintadas alusivas en las calles.
Llivia para el Turista
Llívia es un pueblito agradable, limpio, cuidado y rodeado de bellos paisajes, como tantos otros de los Pirineos.
Quizás uno de sus mayores atractivos para los aficionados a la historia y las antigüedades, es su famosa farmacia Esteve; que dice ser "la farmacia más antigua de Europa", (aunque muchas otras del Viejo Continente reivindican dicho título).
Sin duda la farmacia o "botica" es de origen medieval, y fue fundada a principios del siglo XV, ya finalizando dicha era.
Ahora es un museo, cuya atracción principal constituye precisamente una importante colección de tarros de cerámica decorados con cobalto, que datan del medioevo.
La villa está a los pies de una colina, en la que antiguamente se erigía un castillo, destruido en 1479 por los franceses en sus pasadas luchas contra España; y del que quedan unos pocos vestigios.
Por su tipología, parece que los restos corresponden a una construcción del siglo XIII.
El turista podrá subir por las tortuosas y empinadas calles del núcleo antiguo, declarado conjunto histórico artístico, hasta llegar a la iglesia de la Virgen dels Àngels, de estilo gótico tardío y fachada renacentista.
Al lado de la iglesia se encuentra la torre de Bernat So, de planta circular, construida en el siglo XV, y que fue una prisión.
Enfrente está el Museu Municipal de Llívia y la farmacia comentada anteriormente.
En mi opinión, Llívia para el turista es una villa para detenerse a almorzar, probando sus ricas comidas típicas, y conocerla en medio día como máximo.
Es curiosa y rica su historia, pero no se justifica gastar en hotel allí, a menos que deba pernoctarse obligatoriamente para descansar, durante un recorrido en automóvil por esa zona de Europa.
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